sábado, 2 de junio de 2018

PARA SER UN PEQUEÑO (ESTADO) BURGUÉS


   Otro aumento en las naftas. El gobierno había prometido que no se iba a dar hasta julio. Pero al final no pudo frenarlo. ¿No pudo o no quiso? La pregunta parte de una idea engañosa: que el gobierno negocia con las empresas porque es algo distinto a ellas. Y tal idea hoy es equivocada. El actual gobierno son las empresas. Por primera vez en la historia argentina contemporánea el Estado está manejado por la burguesía nacional directamente, sin intermediarios, sean militares o civiles. Y qué quiere esta burguesía nacional como cualquiera otra en el mundo: asegurar sus ganancias. Entonces, si el Estado forma parte de su interés directo, lo trata como si fuera “su” empresa y “acá no se gasta más de lo que entra”. Ergo, he ahí los aumentos, los despidos, los recortes, las racionalizaciones... La modernización. Hasta hay un ministerio que lleva la tarea de “modernizar”, a la manera de la oficina de recursos humanos de cualquier empresa.
   Ahora, esta situación inédita nos ofrece una oportunidad a los que no somos burguesía, llamémonos (por decir) “pueblo”: la de ver qué burguesía es la que nos gobierna. A muy grandes rasgos, y perdón por los simplismos, ¿es la expansionista – imperialista de Estados Unidos? ¿Es la mercadointernista de algunos países europeos? ¿Es la internacionalista de Japón y el sudeste asiático? ¿Es la industrialista de San Pablo, en Brasil? No, ninguna de esas. La nuestra es una burguesía que se desinteresa del destino estratégico de nuestro país y se lo entrega al poder económico-financiero transnacional. ¿Por qué? Simplemente, porque ese destino estratégico asegura sus intereses. Y como si a los empresarios les va bien, "le va bien al país”, pues hombre, que sea. “El volver al mundo” de hoy no es otra cosa que el ser parte del mundo del comienzo de nuestros tiempos, cuando las potencias de ultramar decidieron que Argentina fuera una factoría que exportara productos primarios a cambio de importar lo que ellas producían. Hoy, el gobierno decidió que “los mercados” y – su inmejorable representación - el Fondo Monetario impongan las condiciones de nuestra economía. Por eso, para esta burguesía gobernante, y para su concepción de Nación, el Estado debe ser rentable y el Pueblo, manipulable. En efecto, si las tarifas, las naftas, el colectivo, el arroz aumentan, el pueblo debe saber racionalizar su consumo para que esos aumentos “inevitables y necesarios” los afecten lo menos posible. Estamos entregados al entreguismo de nuestra burguesía.
   En fin, si no somos unos zurdotroscocamporistamoyanistakirchneristas, tenemos dos caminos: aprendemos a usar el gas y a comer menos arroz, o aprendemos a ser un burgués a la argentina. Eso sí, para esta segunda opción, primero hay que ser “un pequeño burgués”, o sea, sentirse que “vamos por el buen camino” (una frase que nos suena, ¿no?). Cuando era pibe, mis viejos me hacían escuchar una canción de Alberto Cortez que me gustaba, pero que en aquel momento no entendía como – creo – la entiendo ahora...

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