jueves, 17 de mayo de 2018

DEL GRADUALISMO AL “ENDEUDADORISMO”

   ¿Por qué pelear contra el neoliberalismo? Porque descompone la sociedad, porque empobrece a la mayoría de la población y porque es un formidable negocio para un puñado de especuladores. Subrayé algunos renglones de un libro que estoy leyendo: “Endeudar y fugar”, compilado por Eduardo Basualdo y editado por Siglo veintiuno en febrero de 2018. 
   “En marzo de 1976 irrumpió una nueva dictadura militar en la Argentina que produjo un giro en el funcionamiento económico tan profundo que implicó un cambio en el patrón de acumulación de capital... La valorización financiera del capital”.
   “Para el sector oligopólico de la economía, la deuda externa dejó de ser fundamentalmente un modo de financiamiento de la inversión o la formación de capital de trabajo y se convirtió en una vía para obtener renta financiera”.
   “En efecto, la deuda externa cumplió un papel decisivo en esta etapa, porque el núcleo central del nuevo patrón de acumulación estuvo basado en la valorización financiera que realizó el capital oligopólico local (es decir, los grupos económicos locales y los intereses extranjeros radicados en el país). Se trató de un proceso en el cual las fracciones del capital dominante contrajeron deuda externa y colocaron esos recursos en activos financieros en el mercado interno (títulos, bonos, depósitos, etc.) para apropiar excedente a partir de la existencia de un diferencial positivo entre la tasa de interés interna e internacional y, posteriormente, fugarlos al exterior”.
   “Este proceso no hubiera sido factible sin una modificación en la naturaleza del Estado... El propio sector público fue el que posibilitó la fuga de capitales locales al exterior al proveer las divisas demandadas a través de su endeudamiento externo”.
   “Identificar el origen del excedente apropiado por la valorización financiera y las tranferencias de recursos a los acreedores externos es crucial para comprender la profunda revancha social que implicó el nuevo patrón de acumulación de capital”.
  “Este hecho consistió en una caída abrupta del salario real (superior al 40%) que resultó en una inédita reducción de la participación de los asalariados en el ingreso nacional”.
   ¿No es este el mismo patrón de acumulación reinstaurado en diciembre de 2015? ¿No se les está asegurando ahora a los inversores financieros una súpertasa interna que les garantice pingües ganancias? ¿No se está endeudando vorazmente el Estado – ahora con la venia del FMI – para asegurarse los dólares que pide esta rueda de acumulación y fuga? ¿Es la deuda, entonces, un medio para financiar al Estado o en realidad es un fin en sí mismo? ¿No garantiza el Estado argentino hoy este modelo al propender a la baja de salarios y al ajuste fiscal? ¿Dónde están las mayorías participando de este botín gigantesco? Cuando el presidente y sus ministros hablan de gradualismo, ¿no estarán hablando de endeudadorismo?

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