miércoles, 7 de noviembre de 2012

DEL SOL DEL 25 AL OBELISCO DEL 8-N




El obelisco es tránsito. La plaza es encuentro. El obelisco es festejo. La plaza es reclamo. El obelisco es rotonda. La plaza es “ronda”. En el obelisco nada empieza, nada termina. En la plaza todo empezó… Y todo puede terminar. El obelisco es la gente. La plaza es el pueblo.
            Y sin embargo, eligieron el obelisco y no la plaza. ¿Por qué? ¿Porque es más fácil el acceso? ¿Porque en la plaza no van a entrar? ¿O porque las cámaras pueden tomar mejor la magnitud de la protesta? ¿Es más importante, entonces, ser muchos, muchos, muchos, muchísimos antes que la causa del reclamo? ¿Es más relevante la imagen de las cacerolas que el sonido de las cacerolas?
            En la plaza madrugó la patria, las patas se mojaron en las fuentes, cayeron las bombas, rodaron los tanques, sonaron los bombos, pegaron los palos, perforaron las
balas. En el obelisco se vivaron triunfos, se celebraron mundiales, se festejaron campeonatos y… (¿qué más?). En la plaza se escribe la historia. En el obelisco, la historia pasa.
            Mañana no será la plaza, será el obelisco. La historia amenaza con pasar, una vez más. 8 de noviembre de 2012. Le dicen 8N… ¿“N” de nada?

                                                           Gabriel Prósperi. Periodista.
                                                           7 de noviembre de 2012.

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