viernes, 22 de junio de 2012

LA DEMOCRACIA GOLPISTA


           Escribo esto mientras los gases siguen flotando en la plaza central de Asunción; mientras la gente corre y los policías pegan; mientras los senadores derrocadores se preparan para ungir a un nuevo presidente en tiempo récord: un presidente para el Guinness. Me pregunto que pensarán ante esto los defensores a ultranza de la “institucionalidad” y de tanta perorata rancia de la política bananera. Allí tienen la mejor demostración histórica jamás vista en estas tierras americanas de un golpe orquestado, planificado y pergeñado bajo “la más absoluta legalidad constitucional”.
A Fernando Lugo lo iban a hacer caer. Esperaron la oportunidad de una masacre policial y provocaron un magnicidio exprés. Pregunto: ¿esperaron la masacre o la generaron? ¿Cuántas realidades son capaces de crear para concretar su plan? ¿Cuántos conflictos, cuántas marchas, cuántos paros, cuántas represiones, cuántos cacerolazos, cuántos juicios políticos? Los cipayos vendepatrias se mueven rápido, escondidos bajo la superficie, como reptan las víboras. Hoy condenaron a Paraguay al designio eterno de la sumisión corporativa. Pero su hermandad se extiende allende las fronteras. Nuestras fronteras. Tal vez la “experiencia Lugo” fue un campo de prueba. Quizás ahora redoblen la apuesta (¿no lo estarán haciendo ya?). Hay otros presidentes y otros procesos transformadores que molestan. Defecarán con gusto sobre la voluntad popular y trabajarán en la vía “institucional” adecuada para proseguir con su obra. A ellos, los representantes de la democracia golpista, fue dedicado el grito preferido en la angustiada plaza asunceña de esta tarde: ¡Nde Aña memby!

                                               Gabriel Prósperi. Periodista
                                               22 de junio de 2012.

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