
Clan, clan, clan, clan…. “Suenan
las cacerolas de
la gente”, dice el
conductor de rostro adusto. “
La gente
salió a la calle”, comenta su condescendiente morocha compañera. La “gente”,
dicen. No dicen
manifestantes. Los
manifestantes tienen que justificar su protesta. Son cuestionables,
repudiables, reprimibles. La gente es víctima. Y tiene razón, siempre. Como los
clientes… como los clientes.
Gabriel Prósperi. Periodista.
14
de septiembre de 2012.
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