"La policía había
retrocedido, parecía que no iba a volver, se diluyó ese cordón, por lo menos yo
no lo veía a ese cordón, como le decía al principio, que para mí era de Guardia
de Infantería. Y los manifestantes que estaban dispersos por 9 de Julio, en
ambas direcciones, y sobre Avenida de Mayo en dirección al Congreso, se
empezaron a concentrar y empezaron a venir para dirigirse a Plaza de Mayo. En
ese momento, que yo ya estaba ingresado sobre Avenida de Mayo, en dirección a
la Plaza, estos chicos que estaban en la esquina empezaron a ir en dirección a
Plaza de Mayo por Avenida de Mayo. Yo me acerco y les digo: no vayan, porque yo
tenía esa experiencia de lo que estaba pasando, que los cordones retrocedían y
avanzaban y se daba esa situación de detenciones y de palizas. Y en eso, uno de
estos chicos que avanzaba me dice "subí, subí, subí a la moto". Me
subo a la moto, él iba andando muy despacito desde esa esquina que le señalo de
Avenida de Mayo y 9 de Julio. Yo me subo a la altura de una boca de subte que
hay. No me acuerdo cuántos metros habremos hecho, la moto iba queriendo retomar
el centro de la calzada y yo ya voy mirando que a la altura de la primera calle,
Suipacha, del otro lado, que es Tacuarí, surge un grupo de policías con las
camisas blancas y uno de ellos veo que nos apunta, baja el arma, vuelve a
apuntar y nos dispara. La persona que estaba hace ese movimiento: baja, vuelve
a levantar y tira. En ese momento que tira, yo estoy viendo por detrás de la
cabeza de este muchacho y veo que disparan. Se escuchan algunas detonaciones.
Yo lo tenía a este muchacho de espalda, se siente como un movimiento de su
cuerpo, él empieza a perder el control de la moto. No largó el manubrio de la
moto, sino como que quedaron sus brazos sin control del manubrio. Finalmente,
lo suelta y caemos los dos para atrás y la moto siguió unos metros más. Este
muchacho cayó sobre la avenida de Mayo, longitudinalmente, con la cabeza hacia
el Congreso y los pies hacia la plaza, en esa posición".
Daniel Horacio Guggini no conoce a Gastón Riva. Pero no resiste la invitación y
sube a su moto. ¿Cree que está más seguro, que puede escapar más rápido? No. Es
un impulso. Un impulso que podría haber sido fatal para él. Y no lo será sólo
de milagro. El cuerpo más robusto de Gastón recibe la perdigonada mortal.
Daniel vivirá para contarlo... "Camisa blanca. Nos apunta, baja el arma,
vuelve a apuntar y nos dispara".
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