En este sitio http://www.youtube.com/watch?v=RYQe72F0Mc4
encontrarán una de las escenas más dramáticas de los últimos tiempos: un padre
se reencuentra con su hijito, de apenas 3 años, a quien creía haber perdido en
un ataque con armas químicas propinado por el gobierno sirio. Cuando el video
se hizo popular en las redes, se decidió publicarlo en el noticiero en el que
trabajo. La tarea de convertirlo en un informe periodístico recayó en mí. El
producto terminado versaba sobre el “milagro” producido en medio del horror.
Impacto, que le dicen.
Ese video no conllevaba más
información que aquellas coordenadas: padre conmocionado, hijo encontrado y (creo)
la ciudad siria en la que ocurrió. Nada más. No hacía falta más data que la que se veía. Porque lo único
importante que debía comunicarse era
ese abrazo, ese reencuentro, ese vestigio de humanidad. En efecto, los inhumanos
son los que usan armas químicas contra ¡chicos! ¿Quién usa armas químicas?
Estados Unidos dice: “el gobierno sirio”. Entonces, Estados Unidos agrega: “¿vamos
a esperar “milagros” como este del video o actuamos para terminar con los inhumanos?”.
Barack Obama, el premio nobel de
la paz 2009, acaba de anunciar que decidió atacar Siria. Tal decisión esperará
aprobación del Congreso norteamericano. Necesita el aval de los representantes
del pueblo para desatar lo que, seguramente, será una nueva carnicería escarmentadora.
El propio secretario de estado, John Kerry, admitió que “el pueblo estadounidense
está cansado de guerra”; por eso, se necesitan videos como el del papá y su
hijito para convencer al soberano.
En 1898 Cuba era la única colonia
española en América. Los rebeldes independentistas, con José Martí entre sus
líderes, le habían declarado la guerra a lo que quedaba del imperio español. El
gobierno de Estados Unidos quería entrar en acción a favor de los rebeldes. Se
le hacía agua la boca por la isla y el mar caribe. Pero la opinión pública era
arisca a tal ataque. Allí apareció la prensa para dar una manito. William
Randolph Hearst era el amo y señor de los medios gráficos. El padre de la
prensa amarilla. Orson Wells le dedicó la mejor película de todos los tiempos. El
15 de febrero de 1898 explotó en el puerto de La Habana el acorazado yanki
“Maine”. Su hundimiento dejó 270 muertos. Las causas de la explosión no se
supieron nunca. Pero al día siguiente, el 26 de febrero de 1898, Hearst publicó
en la tapa de todos sus diarios que había sido un atentado perpetrado por
militares españoles. Estados Unidos tardó apenas unas horas en entrar en
guerra. España fue derrotada antes de luchar y Cuba se convirtió en
protectorado del naciente imperio.
Del “Maine” al video del papá sirio
con su hijito pasaron 115 años. El viejo Tío Sam nos demuestra una vez más que es
un maestro en esto de la propaganda bélica. Hablando del video, los que lo
vieron habrán notado que detrás del papá aparece un señor que todo el tiempo
grita la misma frase. Dice “Allahu akbar” (Dios es grande). Estados Unidos está
listo para hacer lo suyo. Siria es el blanco. “Allah baikoum” (Dios esté
contigo).
Gabriel
Prósperi. Periodista.
31
de agosto de 2013
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