Miro esas
caras que se juntan y lloran y se preguntan “y qué será de nosotros”. Caras con
arrugas, caras con años, caras con mugre juntada, caras de décadas de silencio.
Caras negras, mestizas, mulatas; caras sin dientes; caras sin auto; caras sin
casa; caras con pena. Caras que salieron a la calle; caras dueñas de las
calles. Calles de tristeza. Y una cara, todavía y eternamente sonriente, allá,
en lo alto, desde un cartel. Otra cara mestiza. Cara de todas las caras.
Cómo no
pensar que hay otras caras sonrientes, caras rubias, caras con futuro, con
futuro en el pasado, su feliz pasado. Caras en sus casas; caras frente a la
tele; caras que ven la bandera a media asta; caras de “ya pasó”; caras de “al
fin”. Esas caras que costaron y costarán tan caras. Caras caretas.
¿Qué será de aquellas caras cuándo se sequen
las lágrimas? ¿Dejarán que vuelvan las caras caretas? ¿Serán sólo caras mirando
con añoranza al cartel? ¿O serán caras que le darán pa`lante, por aquella cara
de sonrisa y boina, y por sus propias caras?
Desde acá,
y minutos después de los rojos “último momento”, mi cara, triste, se acuerda: “Alca,
Alca… al carajoooooo”. “Váyanse al carajo yanquis de mierda, que aquí hay un
pueblo digno”."Good bye, Míster Monkey”. “Hasta la victoria siempre”.
“Patria o muerte… venceremos”. Sí, comandante: venceremos.
Gabriel
Prósperi. Periodista.
Un
doloroso 5 de marzo de 2013.
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