Entonces, lo
esencial: la hipótesis de la investigación (lavado de dinero de Lazaro “K”
Baez) debe darse por real y verdadera, pase lo que pase y se arrepienta quien
se arrepienta. La comprobación solo se subsume a una cuestión de pareceres,
ópticas, gustos, ideologías, intereses. ¿Qué documentación que aporte Lanata de
ahora en más a la causa podrá considerarse unánimemente como incuestionable? El
propio Lanata dijo que a Elaskar – al segundo Elaskar, al de Graña – no le
creyó nadie. ¿Y por qué debió él creerle como fuente fide-digna en su momento?
Porque hablaba para solventar su idea fuerza. Y eso era lo principal… Aunque
mintiera. Más aún cuando las afirmaciones de Elaskar se condecían con las del devenido
mentiroso Fariña en la cámara oculta… Abro paréntesis: (Hablando de cámara
oculta, ¿no es artero publicar una grabación de una fuente que supuestamente no
sabe que la están grabando? Woodward y Bernstein no revelaron la identidad de
“Garganta profunda” aún después de haber encabezado la investigación que
terminó con la presidencia de Richard Nixon. El nombre de la fuente secreta recién
se supo 33 años más tarde. Era el segundo del FBI).
¿Y el televidente? El televidente
se ve forzado a creer lo que quiera creer. En el masivo 18 A se escuchó
“Aguante Lanata”; “Lanata presidente”; “Vamos Lanata”. Para Lanata, la
selección. Hinchas de Lanata. Ciudadanos deseosos de que avance, que denuncie,
que moleste, que desenmascare al gobierno… Un gobierno que debe terminar. Un gobierno corrupto, ladrón, dictatorial,
oprobioso, soberbio, falaz, mentiroso. Todo eso y mucho más. ¡Cómo no va a ser
lavador de dinero un empresario decididamente K! “¿Que la investigación es
endeble…? Mentira, es sólo otra contraoperación K”. Y puede ser… Pero de nuevo,
¿no sería sano comprobar la contraoperación? El cuento del huevo y la gallina…
Lanata es el principal periodista
del grupo Clarín, el oligopolio mediático más poderoso del país, enfrentado a
todo o nada con el gobierno. Sus recursos económicos y humanos son… Son los que
se necesiten. Y aún así pone al aire una cuestionable investigación que apunta
al corazón de la presunta corrupción K. ¿Qué nos queda entonces al resto de los
periodistas? ¿Cuál será nuestro margen de credibilidad de aquí en más? ¿Qué
información podrá juzgarse como irrevocablemente verdadera y cuál no? Me da
miedo que en el próximo Boca-River, gane River 2 a 0 y los de Boca no
reconozcan la derrota porque “nosotros, no vimos en ningún momento del partido
que la pelota haya ingresado a nuestro arco dos veces”.
La puja Clarín – Gobierno,
resumido en el caso Lanata-Báez-Fariña-Jelinek-Calabró-Rossi, convirtió al
periodismo en una cuestión de fe. Quien quiera creer, que crea. Y el que no,
que no. La era del periodismo-religión. El periodismo de investigación, de
denuncia, el temible “cuarto poder”, late cada vez más despacio. Ojo: la placa
roja de último momento está ahí de la placa negra.
Gabriel
Prósperi. ¿Periodista?
19
de abril de 2013.
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