jueves, 23 de julio de 2015

LA POLÍTICA DEL “PANKETING”



   Daniel se embala. Alza la voz y sus palabras, oh milagro, fluyen como el río hacia el mar. Frente a sus ojos las banderas ondean; las bocas se abren en gritos; las palmas explotan unas contra otras. Aún en medio del éxtasis tiene tiempo de mirar de reojo a su izquierda. Sí, esas manos, con uñas artísticamente cuidadas, se baten también al compás de su voz. Y lo impensado ocurre: ella se levanta y lo aplaude de pie. Y todos la siguen. Y él – que no es Él – se siente por primera vez invencible. Ya no escucha su voz, ni las palmas, ni los bombos, ni los vozarrones aduladores. Todo se acalla al tiempo que sus ojos comienzan a ver la meta, allá adelante, cerca. Se siente galopar sobre las olas. Adivina el sol cayendo platinado sobre su nave. Descubre el mestizaje de lasgotas de sudor y las lágrimas de emoción. Y logra escuchar cada sonido, cada “cric”, cada “crac”. Está todo dado. Tiene que ser. La carrera final. Daniel, allí, sólo piensa en un cosa: “que no pase nada... Que no pase nada...”.

   Mauricio creyó que nunca le iba a pasar a él. Se siente mal, como defraudado. Él, justo él, expuesto al mundo como el adalid del “anti”, ahora viene a ser víctima del “anti”. Casi la mitad de los porteños fueron “anti-él”. Porque no cabían dudas. Por primera vez el enemigo a batir no era el enemigo a batir. Era otro que a su vez se convirtió en imagen del “anti-él”. ¿Qué pasó acá? “¿No me habían dicho que ganábamos por goleada? ¿No me habían asegurado que con el cómico íbamos a ganar Santa Fe? ¿No me habían requeteafirmado que el pacto con los radicales nos auguraba un festejo en Córdoba?”. Y Mauricio, en ese instante, entiende que no conviene ser “anti”. Y más aún: lo entienden los que lo vuelven a convencer, como tantas otras veces. “Andá y decí esto”. El último manotazo antes del colapso: terminar con el “anti”. Y entonces, sí a YPF y a Aerolíneas y al Fútbol para todos y a la Asignación por hijo. Mauricio, aún cansado por el baile de los globitos, hace fuerza para que lo increíble suene creíble. Ni él quiere escuchar sus palabras. Mientras habla ante los ojos impávidos de sorpresa de los periodistas, Mauricio sólo piensa en una cosa: “que pase algo... Que pase algo...”.
 
   
Unos pocos piensan cómo hacer para que no pase nada. Otros pocos piensan cómo hacer para que pase algo. Y mientras tanto, Daniel y Mauricio son las caras impactantemente visibles de una nueva era en el quehacer político-electoral argentino: la era de la política del “panketing”*.

*Panketing. Dícese del neologismo que mezcla dos conceptos, panqueque y marketing, basado en los sorprendentes timonazos de ciertas fuerzas políticas que recurren a estrategias claramente contrarias a sus doctrinas para tratar de ganar unos cuantos votos más. Si funciona o no, lo veremos a partir del 9 de agosto.

Gabriel Prósperi. Periodista.

23 de julio de 2015.